Por: Alma Vanessa Sánchez
Relacionado a este tema la pregunta de los 64 mil chavitos y que nos debe servir de punto de partida es, desde qué edad se aconseja que un menor pueda crear su propia cuenta y tenga acceso a las redes sociales en general. Los expertos en conducta recomiendan que sea desde la etapa de la adolescencia, aproximadamente a partir de los 12 a 14 años.
¿Por qué en la adolescencia?
- Ya tenemos un contexto de lo que son las reglas y la importancia de seguirlas
- Contamos con un grupo de amistades o el interés proviene por el salón de clases
- Somos más selectivos y ya tenemos gustos más definidos
- Esto permite que nos mantengamos más enfocados
Pero, claro está, esto va a depender de la dinámica familiar, las reglas y los fundamentos que rijan cada hogar, nuestras creencias e idiosincrasia. Una vez consintamos que nuestros adolescentes tengan su propia cuenta en algunas redes sociales, ¿qué debemos hacer como padres?
- Sentarnos con ellos a ayudarlos a crear su cuenta y su información de perfil, mientras buscamos las mayores configuraciones de privacidad.
- Explicarle qué y qué no se debe compartir en ese espacio.
- Subrayar las razones por las que no debe aceptar invitaciones de extraños o personas ajenas a su entorno.
- Mantener vía libre para que acuda a nosotros ante cualquier duda o situación que surja.
- Si se trata de un grupo de la escuela, debemos asegurarnos de quién o quiénes controlan ese espacio
La Academia de Pediatría de Estados Unidos recomienda como reglas generales para maximizar el bienestar y la seguridad de nuestros menores, las siguientes:
- No dormir con dispositivos tecnológicos en su habitación
- Apartar los dispositivos desde una hora antes de dormir
- Evitar su uso durante las horas de la cena familiar
- Establecer un plan familiar de consumo mediático
Aunque la edad que se establece es 14 años, hay plataformas sociales como Twitter, Snapchat y WhatsApp que, dependiendo el territorio, permiten que desde los 13 años creen sus propias cuentas. YouTube lo condiciona a la autorización de los padres, en esta misma edad, mientras para Facebook e Instagram deben tener 14 años en adelante.
Sin embargo, conscientes de la curiosidad tecnológica de los más pequeños redes como YouTube han lanzado productos dirigidos para ellos. Tal es el caso de YouTube Kids, dirigido especialmente para niños de 2 a 8 años. Se trata de una aplicación independiente cuyo contenido se divide en 4 grandes secciones: Programas, Música, Aprender y Explorar.
También de los creadores de Facebook, tenemos un sistema de Messenger Kids que se diferencia del que habitualmente usamos los mayores porque controla las ofertas, la publicidad y la lista de contactos tiene que ser verificada por los padres. Este recurso ha sido defendido como herramienta excelente para mantener a las familias comunicadas (divididas por razones laborales o milicia).
Aunque Genial Skills Web no es una Red Social, al ser una plataforma interactiva que funciona en línea, sí fomenta que se mantenga una comunidad de estudiantes que interactúan entre ellos desafiándose en distintos retos académicos. En cuanto a los datos y la privacidad es muy importante recalcar que, cuando se suscribe un usuario, son mamá o papá quienes crean la cuenta de administrador y ellos también crean la cuenta del menor. En ese mismo espacio, el administrador de la cuenta puede optar por dejar activado o desactivar el área de juegos para establecer un mayor control en momentos específicos.
Leyes y reglamentos de protección de privacidad
- La región en donde se utiliza la red social es muy importante. Por ejemplo, en países de Europa el acceso a muchas plataformas sociales está regulado y se pide que el dueño de la cuenta sea mayor de 14 años. Si es menor debe tener consentimiento de los padres o tutores al crear el perfil.
- En el caso de Estados Unidos, existe la Ley de Protección a la Privacidad de los Niños en línea, COPPA, por sus siglas en inglés, que impone ciertos requisitos a las páginas web y redes sociales de no difundir ni usar datos de menores de 13 años sin el consentimiento de los padres. Pero, claro está, el ciberespacio es infinito así que siempre debemos ejercer nuestro mejor criterio.